La visita apostólica del Papa Francisco a Azerbaiyán
En el marco de su gira por la región del Cáucaso el 2 de octubre el Papa Francisco arribó a Bakú, capital de la República de Azerbaiyán. Después de un recibimiento oficial el Papa Francisco celebró Santa Misa en la iglesia de la Inmaculada del Centro salesiano de Bakú para la comunidad católica de Azerbaiyán.
Más tarde se llevó a cabo la ceremonia protocolaria de bienvenida y la visita de cortesía al Presidente de la República de Azerbaiyán Ilham Aliyev. Luego el Pontífice se transfirió hasta el Monumento a los Caídos por la independencia donde estuvo rezando durante varios minutos.
Posteriormente, el Papa Francisco se dirigió al Centro Heydar Aliyev donde presentaron sus discursos al público en general junto al Presidente Ilham Aliyev. “Estoy muy complacido que Usted haya aceptado la invitación y está visitando nuestro país hoy. Esta visita es de gran importancia. Es una visita histórica que hará una enorme contribución al desarrollo de relaciones entre Azerbaiyán y Vaticano. Esta visita es importante para toda la humanidad, una vez más demostrando que el dialogo entre civilizaciones vive, continua su expansión y estamos tratando de dar un nuevo impulso a este dialogo”, dijo el jefe de estado.
El Presidente afirmó que, “los representantes de todas las religiones y grupos étnicos han vivido en Azerbaiyán en paz, dignidad y amistad por siglos. Es también el caso de hoy. Independientemente del sistema público o político, nuestra región siempre ha sido habitada por distintas civilizaciones. Azerbaiyán siempre ha sido un puente entre el Oriente y el Occidente. Es un puente ambos geográfico y espiritual. Los monumentos de todas las religiones están protegidos y restaurados en Azerbaiyán. Azerbaiyán es el hogar de antiguas mezquitas e iglesias de la región. Aquí existen antiguos templos de fuego. Al mismo tiempo, el estado protege y restaura las iglesias ortodoxas y católicas y sinagogas”.
En su referencia a los eventos e iniciativas internacionales que se llevan a cabo en Azerbaiyán en el ámbito humanitario y cultural, el Presidente Ilham Aliyev destacó que “en primer lugar estos eventos son necesarios para nosotros y nuestros ciudadanos, porque envían un mensaje positivo a nuestra sociedad. De otro lado, son necesarios para todo el mundo. Desafortunadamente, las guerras, conflictos y confrontaciones en base religiosa o étnica se están intensificando en varios partes del mundo. Llevando adelante esta clase de iniciativas nosotros demostramos que es posible vivir juntos. Es necesario respetar el uno al otro. Los que respetan su propia religión, definitivamente, deben respetar a otras religiones”.
“Azerbaiyán tiene rica herencia cultural que forma la base de nuestra sociedad. Estamos comprometidos con nuestros valores nacionales y espirituales. Asimismo, somos un estado moderno y secular. Azerbaiyán es uno de los países de la región que se destaca por la modernidad y el desarrollo”, informó el jefe de estado.
En su discurso el Presidente Ilham Aliyev también resaltó el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, calificándolo como un desastre humanitario con que se ha enfrentado nuestra población. El presidente informó que “debido a la agresión militar de Armenia contra Azerbaiyán, Nagorno Karabaj y siete distritos adyacentes fueron ocupados por las fuerzas armadas de Armenia. Nuestros ciudadanos, un millón de azerbaiyanos se convirtieron en refugiados y desplazados en sus tierras natales. Veinte por ciento de nuestro territorio se encuentra bajo ocupación. Hemos sido expuestos a una limpieza étnica. El genocidio de Jodyalí fue perpetrado contra nuestro pueblo. Todos nuestros monumentos históricos y religiosos fueron destruidos por Armenia. Mientras tanto, en Bakú hemos restaurado la iglesia armenia. Aquí están sus acciones y está también nuestra actitud. Por lo tanto, no es una coincidencia que Azerbaiyán es reconocido en el mundo como un centro de multiculturalismo”, afirmó el jefe de estado.
En su discurso el Papa expresó su “admiración por la complejidad y riqueza de la cultura del pueblo azerbaiyano, fruto de la aportación de tantos pueblos que a lo largo de la historia han habitado estas tierras, dando vida a un tejido de experiencias, valores y peculiaridades que caracterizan la sociedad actual y se traducen en la prosperidad del moderno Estado azerbaiyano”. Y recordando que el próximo 18 de octubre Azerbaiyán celebrará el 25 aniversario de su independencia, el Pontífice indicó como una posibilidad el analizar el camino recorrido y las problemáticas que el país está afrontando. Un camino que, según el Papa Francisco, “muestra claramente los notables esfuerzos que se han hecho para consolidar las instituciones y favorecer el crecimiento económico y civil de la nación; una trayectoria que exige una constante atención a todos, especialmente a los más débiles; una trayectoria posible gracias a una sociedad que reconoce los beneficios de la multiculturalidad y de la necesaria complementariedad de las culturas, de manera que entre los distintos componentes de la comunidad civil y entre los que pertenecen a diferentes confesiones religiosas se instauren relaciones de mutua colaboración y respeto”.
“Deseo vivamente que Azerbaiyán prosiga por este camino de colaboración entre las distintas culturas y confesiones religiosas”, agregó después el Papa.
El Papa Francisco expresó su cercanía al pueblo azerbaiyano, recordando “a quienes han debido abandonar su tierra y a tantas personas que sufren a causa de conflictos sangrientos”. Con la esperanza de que “la comunidad internacional sepa ofrecer con constancia su indispensable ayuda”. Al mismo tiempo, “con el fin de hacer posible la apertura de una fase nueva, abierta a una paz estable en la región”, el Sumo Pontífice invitó “a todos a hacer todo lo posible para alcanzar una solución satisfactoria”.
El Papa Francisco expresó su alegría por “las cordiales relaciones que la comunidad católica tiene con la musulmana, la ortodoxa y la judía”, destacando que “estas buenas relaciones tienen un alto significado para la pacífica convivencia y para la paz del mundo, y muestran que entre los fieles de distintas confesiones religiosas son posibles las relaciones cordiales, el respeto y la cooperación con vistas al bien común”.
Más tarde el Sumo Pontífice participó junto con el Jeque de los Musulmanes del Cáucaso en un Encuentro Interreligioso. En esta actividad oficial el Papa agradeció a los líderes religiosos de Azerbaiyán por la acogida que le brindaron y dijo que “es un gran signo de amistad fraterna en este lugar de oración, un signo que manifiesta esa armonía que las religiones juntas pueden construir a partir de las relaciones personales y de la buena voluntad de los responsables”.
Posteriormente, con una ceremonia de despedida se concluyó el viaje oficial del Papa Francisco a Azerbaiyán.